La justicia polaca absuelve a las tres activistas imputadas por difundir una imagen de la Virgen María con un halo arcoíris
La justicia polaca ha decretado la absolución de tres activistas acusadas de ofender los sentimientos religiosos. Elżbieta Podlesna, Joanna Gztea-Iskandar y Anna Prus se enfrentaban a una pena de hasta dos años de cárcel por difundir una versión modificada de la Virgen Negra de Częstochowa con un halo arcoíris en lugar del original dorado. El proceso, iniciado en 2019, ha concluido con una sentencia que establece que las imputadas ejercieron su libertad de expresión para manifestar su solidaridad con una minoría perseguida. Una pequeña pero importante victoria en uno de los países más hostiles a la realidad LGTBI de la Unión Europea.
En abril de 2019, tres activistas contra el Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia (PiS) difundieron una versión modificada de la Virgen Negra de Częstochowa, el icono católico más venerado del país, en forma de carteles y flyers. Sustituyeron los halos dorados de la imagen de la virgen y el niño por otros coloreados de arcoíris. El cartel reivindicativo comenzó a difundirse como un gesto de lucha contra la «estigmatización de las personas no heteronormativas por parte del clero», según Elżbieta Podlesna.
La iniciativa surgió como reacción al episodio de LGTBfobia que había tenido lugar en al menos tres iglesias del país. Durante la celebración de la Pascua es una tradición escribir el nombre de los pecados en torno a una cruz. En varios templos, junto a las palabras «avaricia» o «soberbia» aparecieron también los términos «LGBT» y «género». En una iglesia de la localidad de Płock, en el centro del país, añadieron la frase «líbranos del fuego de la falta de fe» sobre las referencias a la comunidad LGTB. Cuando dos activistas colocaron una bandera arcoíris bajo la cruz, se produjo un altercado con el sacerdote, que los tachó de «perversos».
La imagen despertó pronto la indignación de los sectores reaccionarios. La entonces candidata a eurodiputada Kaja Godek hacía un llamamiento a la detención de la autora del afiche, como acabó ocurriendo poco después. Seis agentes registraron el domicilio de Podlesna, la arrestaron y se incautaron de varias copias de la imagen, así como de aparatos electrónicos. La activista fue acusada de ofender a los sentimientos de los creyentes y «abusar» de un objeto religioso. Unos delitos que conllevan multas y penas de hasta dos años de prisión.
Podlesna reconoció las acusaciones y fue puesta de nuevo en libertad. Posteriormente, el ministro del Interior Joachim Brudziński (PiS) presentaba una demanda contra la activista, a la que se añadió Godek. «Ninguna fantasía de libertad y tolerancia le da a nadie el derecho de ofender los sentimientos de los creyentes», afirmaba Brudziński en toda una declaración de intenciones. Se trata del mismo miembro del Gobierno que en julio del año pasado amenazaba a participantes del Orgullo LGTB de Częstochowa por mostrar banderas con el escudo nacional superpuesto a los colores del arcoíris. Las dos otras activistas se presentaron voluntariamente ante la justicia. Cientos de personas se manifestaron en Varsovia en su apoyo con el lema «El arcoíris no es ofensivo» y por «una Polonia democrática».
Ahora, casi un año y medio después, la justicia les ha dado la razón. En la sentencia, que aún no es firme, el Tribunal de Distrito de Płock absuelve a las imputadas y enmarca los hechos en el ejercicio de la libertad de expresión. Rechaza por tanto la acusación de ofensa a los sentimientos religiosos y define la acción como una demostración de solidaridad con una minoría. Las activistas habían defendido su actuación porque «el símbolo sobre la cabeza de la Virgen María y del Niño Jesús quiere expresar que el amor de una madre es incondicional. Y que una persona empática se preocupa por los demás, en lugar de atacarlos», como defendió Polesna durante el juicio. ILGA Europa, entre otras organizaciones y activistas, ha mostrado su satisfacción por el fallo favorable.