Macron nombra primer ministro de Francia a Gabriel Attal, un joven político abiertamente gay
Gabriel Attal, de 34 años y abiertamente gay, es desde este 9 de enero primer ministro de Francia. Se trata de la primera persona abiertamente LGTBI en ocupar dicha posición en uno de los grandes países de la Unión Europea. Al margen del debate que puedan generar sus posiciones políticas, su nombramiento supone un hito de visibilidad que no podemos dejar de celebrar.
Gabriel Attal ha sido nombrado primer ministro por el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, tras la renuncia pactada de su predecesora, Élisabeth Borne. Macron busca así superar la crisis de imagen que ha supuesto la reciente aprobación de la nueva legislación de inmigración, que contó con el apoyo de la extrema derecha y que sin embargo fue contestada por algunos de los diputados del propio partido de Macron, Renaissance (‘Renacimiento’). También supuso la dimisión del ministro de Sanidad, Aurélien Rousseau, fuertemente crítico con las concesiones de Macron a la extrema derecha.
Sobre el papel, a Attal se le ubica en el sector progresista de Renacimiento (proviene del Partido Socialista, como el propio Macron) aunque en su caso el endurecimiento de la legislación migratoria no parece haberle causado problemas de conciencia. Pero sobre todo se le considera un político hábil que con solo 29 años se convirtió en secretario de estado y cuya facilidad comunicativa le llevó a ser portavoz del gobierno entre 2020 y 2022. Desde julio de 2023 era ministro de Educación, cargo que ahora abandona para convertirse en primer ministro.
Por lo que refiere a su visibilidad como persona LGTBI, razón por la cual hacemos referencia a él en esta página, Attal hizo pública su homosexualidad en diciembre de 2018, meses después de sufrir un outing y de que el rumor circulase en el ámbito político, aunque sin demasiada repercusión pública por aquel entonces. Un año antes, en 2017, había contraido una unión civil con el también político Stéphane Séjourné, de quien, según Politico, hoy estaría separado. En alguna entrevista ha contado que fue víctima de acoso escolar homófobico, además de haber recibido insultos antisemitas (parte de su familia es judía, aunque él ha sido educado como cristiano ortodoxo). Por lo que se refiere a su actividad política, en cualquier caso, más allá de su condición de gay visible Attal no ha destacado por un compromiso especial en materia LGTBI.
Su nombre, por cierto, se encuentra entre los que hoy día se consideran posibles candidatos a suceder al propio Macron en la carrera presidencial de 2027.
Los otros primeros ministros abiertamente LGTBI
Gabriel Attal se incorpora de esta forma a la lista de primeros ministros abiertamente LGTBI que en su día inauguró Jóhanna Sigurðardóttir, primera ministra de Islandia entre 2009 y 2013, a la que luego se sumaron Elio Di Rupo, primer ministro de Bélgica entre 2011 y 2014; Xavier Bettel, primer ministro de Luxemburgo desde 2013; Leo Varadkar, primer ministro de Irlanda de 2017 a 2020 y desde 2022 hasta la actualidad; Ana Brnabić, primera ministra de Serbia desde 2017 y Xavier Espot, primer ministro de Andorra desde 2019 (si bien este último salió del armario públicamente el pasado septiembre).
Más restringida es aún la lista de jefes de Estado abiertamente LGTBI, en la que de momento solo hay dos nombres: Paolo Rondelli, que entre abril y octubre de 2022 fue uno de los dos capitanes regentes de la República de San Marino (lo que le reserva el papel histórico de primer jefe de Estado abiertamente LGTBI del mundo) y Edgars Rinkēvičs, presidente de la República de Letonia desde el pasado julio.
El nombramiento de Gabriel Attal como primer ministro de Francia es un hito histórico, no solo para la comunidad LGTBI, sino también para la sociedad en su conjunto. Su visibilidad y posición de poder envían un mensaje fuerte sobre la importancia de la diversidad y la representación en las esferas más altas del gobierno geometry dash. Es un recordatorio de que la orientación sexual no debe ser una barrera para alcanzar las posiciones más elevadas en la política. ¡Un paso adelante en la lucha por la igualdad!