Contestación de COGAM a la Red por la Despatologización Trans
Respuesta de COGAM al comunicado de la Red por la Despatologización Trans sobre la concesión del Premio Triángulo Rosa Trans a la UTIG del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
COGAM otorga el “Premio Triángulo Rosa Año Trans” a la “Unidad de Trastornos de Identidad de Género” (UTIG) del Hospital Ramón y Cajal de Madrid porque es un equipo médico que trabaja para el correcto diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las personas transexuales. Trabajan en el marco de un protocolo que existe en la actualidad y expide certificados de “trastornos de la identidad de género” porque es lo que así está establecido por la Consejería de Sanidad de la CAM.
Gracias a la UTIG de Madrid como a las otras unidades especializadas en el proceso de reasignación de género en el contexto español, las personas transexuales son atendidas en todo su proceso evitando la hormonación sin control médico que conduce a severas patologías hepáticas, evita que las personas transexuales estén en manos de cirujanos inexpertos que les cobran grandes cantidades de dinero para una cirugía que no conducen a resultados aceptables y con gran sufrimiento por parte de las personas que se someten a ellas.
COGAM, como asociación LGTB española de la CAM, es uno de los colectivos que mayor activismo en pro de las personas transexuales está realizando en la actualidad. De hecho tiene un área coordinada por Lizethe Álvarez (mujer transexual) y dirigido como vocal del área el Dr. Male Navarro (hombre transexual), que durante todo el año transcurrido han estado luchando por la proposición de ley de no discriminación por Identidad de género y de reconocimiento de las personas transexuales que el día 24 de junio rechazó el partido popular de la CAM, en cuya ley se especifica el deseo de denominar la UTIG como unidad de atención en identidad de género, retirando por tanto la palabra trastorno de su denominación. Es por ello que a los que hay que recriminar no son a los trabajadores de la UTIG del Ramón y Cajal, sino a la Conserjería de Sanidad que es la que mantiene dicha denominación y al grupo parlamentario del partido popular que rechazó la ley integral.
Estamos de acuerdo en que el activismo trans en el mundo luche para que deje de considerarse la transexualidad como una enfermedad mental. Pero dentro de la palabra Trans existe una gran diversidad de grupos entre l@s que se encuentran las personas transexuales que sí desean la hormonación, que requieren de un seguimiento médico, así como de intervención quirúrgica. Por ello es necesario que exista la unidad del Ramón y Cajal cuyos profesionales en todo momento se rigen por la ética médica, que respetan la autonomía del paciente según la ley de autonomía del paciente 41/2002, de 14 de noviembre, y que además contribuyen a través de charlas formativas al conocimiento de la realidad de las personas transexuales de una forma gratuita y desinteresada.
Efectivamente, el Gobierno Español se ha comprometido a solicitar a la Organización Mundial de la Salud la eliminación de la transexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades, pero ello no significa una desmedicalización, y las personas transexuales deben seguir teniendo el derecho al acceso a los tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas.
No mezclemos, y una cosa es la realidad trans y la diversidad en ella y otra cosa es la persona transexual con el deseo de terapia tripartita para lograr su estable desarrollo de su personalidad logrando la concordancia entre su físico y su identidad de género.
Por estas razones, no vamos a retirar el “Premio Triangulo Rosa Año Trans a la UTIG de Madrid y sí pedimos a la red por la Despatologización Trans, que exija al gobierno actual de la CAM, que se replantee la necesidad de una ley integral que ha sido aprobada en otras comunidades, donde se refleja un cambio en el modelo sanitario como realmente se desea.
Y añadir, que no debemos ir con”exigencias” entre colectivos y grupos que luchan por objetivos comunes. Tenemos que presentar peticiones y solicitudes dentro de un marco de diálogo entre nosotros, pues como he expresado, luchamos por el bien de unos ciudadanos que en la actualidad están discriminados y estigmatizados.
Los Premios Triángulo Rosa y Ladrillo Rosa 2010 serán entregados el próximo martes 29 de Junio a las 19.00 horas en la Casa Encendida (Madrid).
Hubo un tiempo en el que la homosexualidad era considerada una enfermedad. Y durante en esos tiempos que ahora parecen tan lejanos, hubo también personas que se autoconsideraban activistas gays que estaban dispuestos a aceptar sin ningun problema que se les considerara enfermos, siempre que a cambio les permitieran vivir.
Si fuera por ellos, la homosexualidad aun sería una enfermedad.
Afortunadamente también hubo quien no quiso conformarse con ser considerado un enfermo.
Soy transexual, y en su día acudí a un psicólogo para que me diagnosticara un «TIG», gracias a ello accedí al tratamiento hormonal y a la cirugía a la que yo, voluntariamente, plenamente consciente de lo que hacia, y bajo mi propia responsabilidad decidí someterme. Además del cambio de documentación.
La ley lo exige así, y tuve que pasar por ello, a pesar de que no me considero enferma, ni mucho menos. A pesar de que los profesionales que me trataron, no piensan que lo esté, diga lo que diga el papel que expidieron.
Y eso es así por que vivimos en un estado con un marco legal que obliga a ello.
Si no lo hubiese hecho así, tendría que haber ido por mi cuenta a buscar el tratamiento, pagado el dineral absurdo que se pide por unos medicamentos que se venden con un margen de beneficios del 500%, y dudo que me hubiese llegado para la cirugía. Bueno sí, con años y años o prostituyendome tal vez.
Está claro, soy un mal ejemplo. Por mi culpa se seguirá considerando enfermas a las personas trans. No importa que acuda a manifestaciones por la despatologización, dando la cara sosteniendo la pancarta, que firme donde haga falta, que ayude a otras personas trans a sentirse orgullosas y dignas a pesar de lo que los prejuicios nos digan.
No importa que no esconda mi condición de trans, ya que por mi aspecto físico podría hacerlo, y me muestre delante de todo el mundo como soy, que mi familia, mis amigos, mis vecinos, mis compañeros de trabajo, mis alumnos… Nadie me percibe como una persona enferma, y eso es así no por que sean fervientes activistas por la despatologización, si no por que me muestro como una persona cabal y psíquicamente sana.
El premio a la utig de madrid, pues muy bien dado. Las personas que han decidido darlo son personas transexuales y activistas por nuestros derechos, ellos mejor que nadie saben a quien le dan el premio. No necessitan que nadie venga a darles lecciones, llevan muchos años luchando y han conseguido mucho más de lo que muchas asociaciones pertenecientes a la red han hecho nunca.
Y por último, querría comentarles a todos aquellos que nos apoyan en nuestra causa por nuestros derechos y por no ser consideradas enfermas, que muchas gracias, sin vuestro apoyo no sería posible.
Pero eso sí, somos nosotras las que decidimos que hacer, somos perfectamente capaces de hacerlo si necesidad de ninguna tutela,no queremos tutela médica, tan sólo servicios médicos para quien los desee, por la misma razón no queremos tutela ética, sabemos lo que hacemos y por qué lo hacemos. Pedimos el apoyo de las demás personas, pero no pedimos ni la censura ético-moral ni los prejuicios disfrazados de aquellos que aún nos consideran unas/os caprichosas/os sin media neurona a las que por su bien hay que guiar por el camino recto, ya sea el recto camino del binarismo católico o el recto camino del no-binarismo intransigente.
Parece que para algunos cuando conviene politicamente somos todos trans, diversos y en lo trans caben todas las formas de expresiones y posibilidades de ser trans que existen, pero cuando se trata de hacer politicas publicas que se dicen inclusivas, lo unico que vale es un papel que certifique lo eres o no eres. Estoy de acuerdo con el reclamo de la red por la despatologización ¿porqué dar un premio a una entidad estatal que hace el trabajo por el cual le pagan? es como darle un premio a la alcaldía por preocuparse de mantener los parques y las plazas de su comuna, tienen que hacerlo, es su trabajo, es lo mínimo, no nos estan regalando nada. Es nuestro derecho.Lo curioso es porqué tantas personas aceptan el chantaje psiquíatrico que impone la medicina y muchas hasta los endiosan. Por supuesto que quiero las hormonas y las cirugías para todxs quienes las necesitemos, pero no a costa de mi dignidad y de tener que aceptar su «diagnóstico de trastornado mental»