El párroco de un pueblo de Sevilla impide a un joven gay cristiano apadrinar a su sobrina por tener una relación de pareja
Nuevamente la Iglesia católica da la espalda a uno de los fieles, en un momento especialmente emotivo de su vida, por ser una persona LGTB: Alejandro Rodríguez no podrá ser el padrino de su sobrinita. A pesar de lo cual el joven sigue afirmando su fe por encima de personas que «se esconden tras una sotana».
La historia se repite en apenas unos meses. Si este verano era el joven gaditano Álex Salinas el que era rechazado como padrino de su sobrino por ser un chico transexual pese a ser católico practicante (un rechazo avalado desde el propio Vaticano, recordamos) ahora le ha tocado a Alejandro Rodríguez, un joven de Paradas (Sevilla), que ha visto cómo el párroco de la iglesia de San Eutropio le negaba la posibilidad de ser el padrino en el bautizo de su sobrina por mantener «públicamente» una relación con otro hombre.
Rodríguez hacía público lo sucedido en su propio perfil de Facebook con el siguiente texto:
Quisiera hacer pública lo ofensa que esta tarde he recibido por mediación de alguien a quien consideraba una persona razonable y cabal.
Esta tarde me he dirigido a la Parroquia de San Eutropio de mi pueblo, Paradas, para solicitar el bautizo de mi nueva sobrina y así ser su padrino. Tras preguntarle al párroco de la misma, me contesta con estas palabras:
– Sé que no te va a gustar o quizás no llegues a entenderlo, pero no podrás ser padrino de la niña por tu orientación sexual. Los homosexuales que viven en pareja y públicamente manifiestan su amor no tienen el derecho de apadrinar a un ser querido bajo el sacramento del bautismo.
Y yo me pregunto: ¿una persona que es creyente, cristiano, practicante y que vive en torno a la comunidad cristiana como yo lo he hecho hasta ahora, no puede ser el padrino de un niño sea cual sea su condición sexual? ¿Acaso yo no puedo darle el cariño y las necesidades por ser algo extraño según él y la palabra de Dios?
Quiero decir con esto, que Dios seguro que no está de parte de este tipo de personas a los que con su condición sexual, se esconden tras una sotana y presumen de predicar lo que ellos mismos han inventado. Algo que ni la Virgen ni el Mismísimo Altísimo (porque digan lo que digan yo SÍ creo en ellos ) comprenderán nunca. Porque la religión es engañosa y perturbadora.
En todo caso, Dios se preocupará más de solucionar problemas que esto mismo crea, como son las guerras producidas por la misma religión, y que los miembros de esta farsa, quieren arreglar rezando.
Preocúpense de los problemas de peso y dejen vivir en paz a la humanidad. Eso si es lo que Nuestro Señor quisiera, sin importarle la raza, el color, la orientación sexual se cada uno… Él murió por la Paz en el mundo y por la Salvación de todos nosotros.
Espero que comprendan mi enfado y acepten el concepto al que he llevado todo esto.
Palabras que nos hemos permitido reproducir íntegramente, en tanto no pueden expresar mejor el dolor de una persona que se siente rechazada por su orientación sexual. Un rechazo que por cierto ha justificado el propio párroco de Paradas, al asegurar que no tiene nada contra la «persona» pero que «la Iglesia nos dice claramente que las relaciones homosexuales son un pecado grave» y que ser padrino va más allá de transmitir la fe e implica asumir la moral de la Iglesia «y un modo concreto de vivir». El párroco asegura que le gustaría encontrar una solución al conflicto a través del arzobispado.
Algo que parece poco probable si tenemos en cuenta lo sucedido con Álex Salinas, cuyo caso llegó al Vaticano y sobre el que la Congregación para la Doctrina de la Fe consideró que no poseía «el requisito de llevar una vida conforme a la fe y al cargo de padrino, no pudiendo por tanto ser admitido al cargo ni de madrina ni de padrino».
Siento vergüenza de que estas noticias casi siempre provengan de Andalucía. Con nuestra adherencia a esta organización religiosa, haga lo que hagan, le damos un poder que no se merece.
¿ Y si fuera un mafioso heterosexual,le dirían lo mismo o les daría miedo ?
Acabo de poner mi voto negativo a lo del formato y es por la poca intensidad del color que da una sensación de falta de fuerza,de debilidad,de no sé qué,que me transmite una flojera monumental.Lo siento,pero es que tengo vigorexia sicológica y estas suavidades me producen triteza,escalofrío,desazón.
A ver, sinceramente, eso que se gana. ¿Qué interés puede tener alguien en formar parte de una organización que le discrimina y considera poco menos que defectuoso? Y, lo que es peor: ¿por qué quiere afiliar a una niña que no puede dar su consentimiento a esa organización?
Lo siento por el chaval, pero le está bien merecido.
P.S.: A mí también me cuesta leer una tipografía tan clara. ¿No sería posible usar un tono más oscuro?
No puedo empatizar con una persona cuya intención es hacer que su sobrina pase a formar parte de una secta sin que esta pueda expresar su acuerdo o desacuerdo. Cuando sea mayor de edad y se quiera bautizar entonces si podré compartir su disgusto si no le dejan apadrinarla.
Totalmente de acuerdo
Siento profundamente por lo que está pasando este chaval pero reconozco que no me entra en la cabeza que haya gente que quiera seguir perteneciendo en una organización, comunidad o «club» (como suelen decir los ultracatólicos para justificar su estricta política de «derecho de admisión») a pesar de que les dicen y demuestran de todas las formas posibles su total rechazo hacia ellos. Máxime cuando hay multitud de iglesias cristianas para elegir y algunas de ellas son liberales y por lo tanto podrían copar en ellas esas necesidades espirituales sin que se menoscabe su dignidad como personas.
En cualquier caso, le deseo lo mejor a este chaval.
«no me entra en la cabeza que haya gente que quiera seguir perteneciendo en una organización, comunidad o “club” (como suelen decir los ultracatólicos para justificar su estricta política de “derecho de admisión”)»
Precisamente: la Iglesia Católica NO es un club. Eso es lo que los ultracatólicos quieren hacer creer. Pero no: no es un club. Quienes pertenecen a ella son (según la misma doctrina) parte de un PUEBLO. De un «club» tienes que aceptar las reglas; a un «pueblo» perteneces por derecho propio (el bautismo, en este caso) y estás plenamente legitimado para buscar el cambio. ¿O acaso nos vamos de España porque esté Rajoy?
Lo más duro de todo es ver cómo tantas personas lgtb se han tragado la falsedad ultracatólica de que son un club, perjudicando justamente a los lgtb católicos, en lugar de defenderlos…
Qué chico tan guapo… Estoooo, ¡es indignante!